lunes, 21 de abril de 2014

UN MOMENTO DE COMPRENSIÓN DEL COSMOS.

Domingo, 1 de agosto de 1976.


El hombre nace en la naturaleza. Desea conocer y penetrar en su entorno. Busca las leyes que gobiernan su mundo, trata de dar sentido a su vida dentro del cosmos que va descubriendo. Nacen una serie de filosofías que justifican en parte la unión del ser con su universo. Se crea un lenguaje para hablar de ese universo, «las matemáticas». Nace una filosofía acerca de nuestra amplia bóveda celeste... «La astronomía» comienza a ser una ciencia. Una de sus teorías más aceptadas fue la de Claudius Ptolomaeus (100-170 d.J.) que consideraba la Tierra el centro del universo con toda la bóveda de las estrellas girando alrededor de nuestro planeta (teoría geocéntrica).Los cimientos para la construcción de un nuevo modelo de los cielos fueron obra del astrónomo Nicolás Copérnico (1473-1543) quien suprio que era el Sol y no la Tierra lo que constituía el centro del universo (teoría heliocéntrica). Hoy día sabemos bien la incorrección de dichas teorías. Situar el centro del universo supone conocer y delimitar sus contornos y éstos se amplían a medida que se perfeccionan los instrumentos de observación. Actualmente el hombre tiene ante sus ojos un universo de más de 26.000 millones de años-luz de diámetro, y no hay razón para pensar que hemos topado con sus últimos confines.
La astrofísica surge como ciencia a partir de la astronomía en el momento que se penetra más en el conocimiento de la naturaleza física y estructura de los astros. Sus comienzos parten de Joseph Fraunhofer (1787-1826) y Gustav Robert Kirchhoff (1824-1887) que sentaron las bases de la espectroscopia estelar: el primero observando con un espectroscopio visual los espectros del Sol y algunas estrellas brillantes, y el segundo mostrando que un gas colocado frente a un manantial de luz blanca producía rayas de absorción que eran de ee las mismas; longitudes de onda que las originadas en emisión por ese mismo gas calentado o excitado eléctricamente.
Kirchhoff sienta los fundamentos de la espectroscopia en su libro titulado Untersuch ungen über das Sonnenspektrum und die Spektren chemischer Elemente (Investigaciones sobre el espectro solar y sobre los espectos de los elementos químicos). Sin embargo, es en nuestro siglo y principalmente en las últimas décadas cuando la astrofísica ha tenido un ritmo vertiginoso.
Ha sido posible determinar la composición de las estrellas y sistemas solares, los movimientos explicables por efecto Doppler, etcétera. Es posible analizar placas estelares con varios espectros superpuestos y construir el modelo de la estrella.
Los equipos (telescopio, espectroscopio, registros, etcétera) montados en satélites artificiales han permitido una mayor precisión en la interpretación de los espectros de las placas estelares al eliminar la absorción por la atmósfera terrestre. Se confía no obstante que con los montajes que se están realizando en el observatorio de Izaña (isla de Tenerlife), observatorio (en construcción) en el Roque de los Muchachos (Isla de la Palma) y en Las Cañadas, en el cráter del Teide (Isla de Tenerife), la calidad de las observaciones astrofísicas serán similares a las que hasta ahora se vienen realizando con los aparatos instalados en satélites artificiales en las distintas partes del mundo.


El presidente del Centro Nacional de Información y Documentación.


Martes, 27 de julio de 1976.

(Cenioc), doctor López Pinedo, ha firmado en Barcelona un convenio con el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial para la inserción de este organismo dentro del servicio europeo de documentación científica y técnica. Asimismo se prevé el estudio de las bases de un futuro convenio interinstitucional, con participación de la Compañía Telefónica Nacional de España, que servirá para potenciar las bases bibliográficas de información y documentación en varias naciones de Europa, América y Asia. La firma tuvo lugar en el salón de mapas del palacio provincial de la Diputación de Barcelona.


LA CONQUISTA DEL ESPACIO: UNA LOCURA COLECTIVA.



Domingo, 25 de julio de 1976

Nuestra época, como casi todas las anteriores, está enferma. Enferma de agresión y enferma de sueños. Porque ¿nos mejora realmente el inmenso capital que se invierte en la conquista del espacio? Cuando el pozo hondísimo que es el hombre apenas está descubierto y lo poco que se ha descubierto se ha hecho por esfuerzos particulares, nunca por medio de un plan nacional de la envergadura de una operación espacial ¿no se ve claramente que el hombre no teme lo que pueda existir fuera de la órbita terrestre pero sí que teme su propia órbita interna?
¿No resulta clara la patología de los pueblos que dejándose llevar por sus líderes y proyectando en ellos sus fantasías inconscientes les impulsan a inventar y crear enemigos gastando el dinero en armas y no en cultura ni alimentos?

Es difícil quedarse callado cuando todo el mundo sabe que la delincuencia es el resultado de una patología individual (microsocial y macrosocial), cuando se sabe que el 60 por 100 de las enfermedades humanas son de origen psíquico, es decir causadas por la familia, la sociedad y los conflictos personales. El hombre tiene un inconsciente que sigue de forma ciega casi todos sus actos individuales y colectivos, según mecanismos poco conocidos.
Pero investigar todo esto sería poner en cuestión el hombre mismo, su colectividad y la civilización. Los entes colectivos, como buenos locos que son, creen que sus problemas de convivencia, de salud física o mental, de calidad de vida, se solucionarán con unas ideas o con otras, a cañonazos siempre, o desviando fuera del grupo humano, hacia Marte por ejemplo, la necesidad que tenemos de invertir dinero.
Un esfuerzo se hace más que necesario para resolver el hambre, la incultura y sobre todo los mecanismos de nuestro pensamiento colectivo e individual. En vez de eso se gasta el dinero fuera del hombre. Y aún así se daría por bien empleado si el hombre descubriese que es frágil, que está solo, que no se puede destruir así como así por ideologías que no tienen más de medio siglo de vigencia.
Sabemos que el hombre es un ser agresivo y amoroso a la vez. Necesita lanzar su odio blindado adornándolo con ideologías contra los malos de fuera y guardando un amor futuro para con los de su grupo.
Se puede dudar razonadamente de la salud mental de los líderes políticos pero creo que eso no es correcto. Son los grupos humanos quienes fabrican a sus líderes para cubrir profundas necesidades inconscientes que terminan casi siempre en lo de los buenos y los malos, en hacer la critica a los otros sistemas pero no practicar la autocrítica con el propio grupo.
En esa línea se sitúa la búsqueda fuera de la Tierra. Podemos situar la aventura en Marte como una aventura infantil en el fondo pero eso significa que colectivamente buscamos nuestros orígenes y nuestra identidad pasada. Hasta es posible que los científicos saquen algún aparatito nuevo y los dirigentes políticos lo transformen en arma contra enemigos reales o creados por ellos mismos. No sería de extrañar -ya lo ha hecho la literatura- que se desarrollasen nuevas armas contra marcianos imaginarios. Después se nos diría que eso es bueno, que para nuestra convivencia, salud, desarrollo...




Margarita Cagigas.


Margarita Cagigas de 28 años de edad, vecina de la localidad santanderina de Escalante, afirma, en unas declaraciones al diario Alerta de Santander, haber visto a un gigante extraterrestre cuando se dirigía a las cinco y media de la madrugada a su trabajo. «Fue algo impresionante -ha declarado Margarita-. Se trataba de un gigante de más de tres metros y medio que se movía con dificultad y llevaba en la cabeza algo parecido a un disco plateado». La visita del extraterrestre ha coincidido con la inauguración en Santander del primer Simposio sobre el fenómeno del OVNI.